M de Madre, María y Mayo
Les agradecemos, las abrazamos, las queremos.
Yo siempre he pensando que tengo dos mamás, suena curioso, pero tiene sentido. Yo siempre he creído que tenemos a nuestra mamá aquí en la tierra, la que nos cuida, la que nos dio la vida, la que nos ama... y luego tenemos a nuestra mamá del cielo que es la Virgen María. Una madre que no vemos pero sentimos, una madre que nos ama de igual forma, que nos cuida con su manto y que además de eso, intercede por nosotros para lograr lo imposible. Wow, que maravilla. La Virgen María puede hacer las cosas que nuestra madre en la tierra a veces no puede. Por ejemplo, cuando salimos a la calle y no estamos con nuestra mamá, mamá María siempre nos acompaña, cuando le pedimos algo a Dios, mamá María va y le dice: Ándale, Dios, que te hablan ahí.
Es la intercesora, la madre. Mucha gente la considera también como una mejor amiga a la que le puedes contar todo.
Aclarando, María no es como Dios, no claro que no. Dios es Dios, Jesús es Jesús, pero María es una intercesora, es la mamá de Jesús que le dio su corazón de hombre. No quería dejar pasar el mes de mayo sin hablar de María. Este mes asistí a una plática sobre los Pasos de María y hablaron de sus virtudes como persona, después de escucharlo, me queda claro que era una mujer grandísima, una wow. Siempre guardaba las mejores cosas en su corazón, observaba todo desde lo más simple hasta lo más complejo y lo reflexionaba en su corazón, vivía en amor y en servicio, fue la persona con más fe al decirle que sí a la misión que Dios tenía para ella, la mujer más valiente de llevarse semejante responsabilidad... es una persona humilde y bondadosa, con un corazón enorme. ¡Que bonito que alguien así sea también nuestra mamá! Leí una frase que decía algo así: Qué maravillosas son las madres que hasta Dios quiso tener una en María. Pues sí, las mamás son lo mejor.
Además en lo personal, me siento muy dichosa de saber que es mi mamá del cielo, cuando Jesús en la cruz dijo: "Hijo, ahí tienes a tu madre. Madre, ahí tienes a tu hijo" nos está diciendo que nosotros también podemos considerla como nuestra madre, y wow de María que nosotros no siendo sus hijos de sangre, aún así nos adopta e intercede por nosotros.
Además, la ternura con la que nos habla es increíble, por ejemplo, cuando se le presentó la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego en el cerro del Tepeyac, le dice "Juanito". No le llama Juan Diego, ni Diego, sino que usa el diminutivo, como las mamás les hablan a sus hijitos.
Nos abraza con ganas y nos mira con consuelo.
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Ella es aquella confidente a la que le puedes contar tus cosas y te consuela y le platica a Dios de ti. Otra frase que me gusta es: "Plática tanto con María para que cuando llegues al cielo, Jesús te diga: sí, mi mamá me ha contado mucho sobre ti".
Siento que sería goals, pero es bien difícil. Se necesita fortalecer esa relación con María de la misma manera en que aquí en la tierra fortalecemos la relación con nuestra mamá pasando tiempo con ella y conversando. En lo personal, acepto que me falta bastante platicar más con María, dejar que me cubra con sus brazos y me apapache como madre. A veces me enfoco en otras cosas que olvido que ella también nos tiene presentes.
Entonces, cómo fue mayo, cuarentena y tenemos mucho tiempo, me puse a pensar. Y llegue a la conclusión que ella está ahí, es solo cuestión que yo decida acercarme a ella, incluirla en mis oraciones, encontrar en ella un camino a Jesús.
Además, escribo esto porque en mayo sucedieron dos cosas muy cool. El 13 de mayo se conmemoró el día de la Virgen de Fátima (a quien le tengo cariño porque una de las pastorcitas a las que se les apareció la Virgen lleva mi nombre) y en esa ocasión, la Virgen pidió que rezaramos el rosario, que no nos olvidáramos de Dios, de su amor, que no lo dejemos a un lado y nos mantengamos en oración y haya conversión de fe. Por tanto, hace hincapié en el poder de la oración por medio del rosario.
Luego, el 24 de mayo es el día de María Auxiliadora, es mi advocación mariana favorita... su mismo nombre lo dice, la Virgen que Auxilia. Es una Virgen que en mi casa mi mamá me ha presentado desde pequeña. Es María quien auxilia en los momentos de dolor, en los momentos de soledad, de duda, de tristeza, auxilia en los tiempos difíciles, en las guerras, en las enfermedades, en la lucha con el enemigo, es la Virgen María que auxilia y no abandona. La que al menos en mi persona, ha demostrado su presencia y cariño. Ha estado en momentos muy importantes de mi vida, trascendentales, dolorosos o difíciles...
Y ahora que reflexiono, es momento de prestarle más atención, de darle gracias y se seguir pidiéndole que me acompañe y me ayude a estar más cerca de Jesús. Que me ayude a ser más como ella: sencilla, alegre, bondadosa. Al final, María es ejemplo.
Este mes de mayo es tiempo de acercanos a María pero que no solo quede en este mes sino en los once que quedan del año. Ofrecerle una rosa en forma de Ave María y encomendarse por completo a ella. Que mejor tener una aliada en el cielo y que mejor que esa aliada sea nuestra madre María.
Por último, me puse a investigar algunas maneras en la que podemos fortalecer nuestra devoción por la Virgen María y tener así una relación más bonita con ella. Lo único que requieren es nuestra fe, amor y voluntad.
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