Simpleza extraordinaria
Que felicidad la vida
He descubierto en esta cuarentena que cuando dejamos que Dios sea la fuente de amor y alegría primordial y centro de mi vida, y cuando existe una confianza y fe plena, entonces realmente todo tiene sentido en nuestras vidas y las cosas se acomodan, entonces la vida no parece tan perdida y los colores que la pintan son más fuertes. Entonces los cantos de los pájaros se convierten en sinfonías y las nubes en algodones de azúcar.
Estamos aquí, vivos. Gozamos de la vida y a veces no nos damos cuenta del privilegio que ello conlleva. Cuesta sólo un segundo detenerse y contemplar la vida, no mirarla sino detenerse a contemplarla, a apreciarla. Representa mirar al pasado y todo lo que hemos hecho y todo lo que hemos logrado, significa ver ahora todo lo que estamos haciendo y las bendiciones que recibimos. Existe una diferencia de los lentes con los que miramos la vida. El cristal de la fe le da una tonalidad más cálida, un brillo reluciente que intensifica los colores y que donde está un poco oscuro, entonces se ve más lúcido. Son los lentes de la fe con los que apreciamos las insignificancias y las pequeñeces del día. Entonces todo tiene sentido... entonces las palabras de aliento de nuestros amigos son abrazos al alma y la comida de mamá llena de cariño al estómago. Entonces las clases en línea son el futuro de nuestra profesión y la lluvia es bebida para la naturaleza. Entonces las adversidades son oportunidades de crecer y las risas son dulces para el corazón. Entonces acariciar a un perro se vuelve acariciar la ternura y cargar a un bebé es tener la inocencia en tus brazos. Entonces un beso es la viva imagen del te quiero y subirse a los columpios es querer alcanzar el cielo. Entonces orar es platicarle tu día a quien siempre escucha y tomar el café caliente por las mañanas se vuelve un abrigo para el cuerpo y un impulso de energía.
La vida está llena de actos y sucesos. Cada día, son millones los detalles y las decisiones que tomamos, las bendiciones que marcan las horas y los sentimientos que cruzan nuestro corazón. La vida está llena de eso: de cosas. De cosas que parecen lo mismo todo los días, que parecen escenas repetidas de todos los años. Entonces, cuando nos ponemos los lentes, cambia nuestra perspectiva y se ve todo con más amor y alegría, entonces todo es extraordinario y las cosas simples son simplemente extraordinarias.
Que emoción decidir vivir la vida con los lentes de la fe. A través de ellos, las cosas son más nítidas. Los problemas no se resuelven y las adversidades no desaparecen, pero el sentido de la vida se vuelve el aura que rodea todas las cosas y Dios mismo las colorea.
Que dicha que las cosas más hermosas existen para que nosotros las podamos apreciar. La felicidad se ve a través de los lentes que te pongas.
En esta cuarentena, me había puesto unos lentes más opacos y oscuros, pero la paz y la tranquilad de ver todo con los lentes de la fe no se compara con la imagen que me ofrecen de la vida. Y estoy emocionada por ver la simpleza extraordinaria. Entonces, así todo tiene sentido.
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