Jueves Santo


Humildad, eucaristía y amor

Hoy comienza una Semana Santa muy diferente. Una Semana Santa en la que vivimos encerrados en las casas, en la que no podemos salir y compartir ese dolor y amor por Cristo. Una Semana Santa en la que nos toca vivirla desde el corazón. Muchos extrañan ir de misiones, salir a la misa presencial, visitar los 7 templos o ver el viacrucis. Muchos extrañan el salir y vivir esa Semana Santa como Dios manda, pero, lo que quizás no habíamos pensado es que este Semana Santa Dios nos manda a vivirla diferente, Él pide que nos enfoquemos en como compartir el amor en casa, en el sacrificio de nuestro corazón. Y seamos honesto, eso cuesta muchísimo más que vivir la Semana Santa en un pueblo o en la Iglesia. Extrañamos esa sensación de tener a Jesús Eucaristía en nuestro corazón. Honestamente, extraño demasiado la comunión y la confesión, y más porque en esta etapa de mi vida tengo que tomar una desición importante que no me da paz, y cuanto desearía tomarla a un lado de Jesús. Pero esto no quiere decir que no este con nosotros. Jesús migro a cada uno de nuestros hogares y se queda en silencio. 


Entonces, por eso hoy vivimos un Jueves Santo diferente. Un Jueves Santo en el que el mismo se quiso quedar presente en la Eucaristía por siempre con nosotros, un día en el que disfrutó de sus amigos y les dio la más grande lección de todas: Amarse los unos a los otros y ser humilde ante todo, a pedir perdón. Nos dio un regalazo, quedarse aquí entre nosotros y enseñarnos a que si queremos ser felices, debemos amar ante todo y ser serviciales. Yo me quedo con esa idea: a lavar los pies de los demás. Y esto no quiere decir de manera literal lavarle el pie a alguien, sino que de corazón, estemos dispuestos a entregarnos por los demás.

A dar de nosotros y ser humildes, ser pequeños por los demás. Aguas, no quiere decir ser menos, solamente quiere decir que debemos repartir amor incondicional sin esperar nada a cambio. 
¿Cómo está nuestro corazón este Jueves Santo? ¿Realmente amamos a los demás? ¿Perdonamos al que nos ofende? ¿Sabemos pedir perdón? ¿Le fallamos a Dios? Puede que sí, somos humanos y nos cuesta, pero para eso está este día, para recordar que Él por medio de la comunión nos da la fortaleza para seguir, aprendemos que para eso dejó a los sacerdotes para que sean nuestros aliados en llegar con Él y que nos enseñó el ejemplo de lavar los pies para que aprendamos que si el más grande de los grandes puede arrodillarse para servir a sus amigos, también lo podemos nosotros. Reflexionemos hoy, agradezcamos a los sacerdotes y pongamos nuestra confianza en Jesús Eucaristía. 
Les comparto dos imágenes que vi hoy y me encantaron, exponen de manera visual el este día tan bonito. 

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Buen Jueves Santo, criaturas del Señor

Caz Duéñez



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