Cuando te sientas solo y triste
La habitación oscura, el atardecer de la ventana
Muchas veces en la vida, nos encontramos encerrados en una habitación oscura, de la cual no podemos salir. Díganme si no. ¿Cuántas veces no nos hemos sentidos solos y desalientados, observando a lo lejos cómo la luz brilla y el sol despierta pero nuestros corazón se siente abatido? ¿Nos perdemos adentro y no tenemos las fuerzas para salir? ¿Cuántas veces no nos hemos querido despertar para permanecer en el soñando o nos cuesta levantarnos de la cama?Siendo honesta, yo he tenido mucho momentos en los que me cuesta levantarme de la cama, en los que me cuesta seguir avanzando y encontrar la fuerza para salir a la ventana...
Pero ya, podría seguir escribiendo sobre todas aquellas veces que estamos tristes, sin embargo, se necesita hablar de las veces en que nos levantamos. Comprendo que en ocasiones nada sale como había planeado.
Aquel sueño o aquella meta se rompe incluso antes de que luchemos por ella, se rompe cuando la hemos conseguido o a mitad del camino. Nos sentimos en esa habitación a oscuras y vemos que allá afuera están sucediendo las cosas, está la luna brillando, el atardecer ocurriendo y las montañas rebozando... y nosotros abatidos en la habitación oscura. En esos momentos es cuando pensamos que: "¿Por qué Dios? ¿Por qué pasa esto? ¡Por qué no estás conmigo!" Y se vale, se vale llorar y sentir esa tristeza que inunda el corazón.
Jesús mismo lo dijo en la cruz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" Jesús también se sintió solo y desolado, Él, como tú, cuestiono el aparente abandono de Dios. Así muchas veces nosotros nos cuestionamos el labor de Dios, nos quejamos porque parece que nos ha abandonado, nos quejamos porque no lo sentimos con nosotros o porque no nos gusta la situación que está en nuestras vidas. Pero, si algo aprendí con la Pasión de Cristo, es que todo tiene un propósito y aunque todo parezca mal, de repente todo aparece bien. Jesús murió pero resucitó al tercer día. Los día acaban pero vuelven a aparecer con el amanecer. Quizás te sientes abandonado por Dios, solo, que no te escucha o que no está contigo... pues no. Esa es la sensación que tenemos, pero la realidad es que está ahí a lado, en silencio. Él te abraza en la oscuridad de tu habitación para ayudarte a ver la luz de la ventana y animarte a salir de nuevo. Él me hizo ver que por más oscuro que este, Dios siempre tiene una velita para alumbrarnos. Él pinta ese hermoso atardecer solo para nosotros, para que podamos disfrutarlo y amarlo.
En fin... creo que el objetivo de todo esto es que como humanos podemos sentirnos solos muchas veces, abandonados en la habitación oscura, pero Dios está ahí, aunque no podamos verlo por la oscuridad, Él está a nuestro lado dispuesto a darnos el empuje necesario. No nos fijemos en la oscuridad de la habitación, sino en la luz de la ventana, en los colores que se pintan afuera. Date un abrazo fuerte, pues todo pasa.
No estas solo. ¡Ánimo! Y convierte ese Dios mío ¿por qué me has abandonado? en un Dios mío, vamos a salir de esta.
No estemos tristes.
Un abrazo, criaturas del Señor.
Caz Duéñez
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